jueves, 8 de agosto de 2013

Capitulo 5: El mejor deporte del mundo



- El mejor deporte del mundo -



Desperté tarde ésa mañana, el día anterior no había sido particularmente pesado, pero como me dijo Tonks, seguramente estaría durmiendo todo lo que no había dormido en mucho tiempo.

Me levante lentamente de la cama, ése día no seria como el anterior, iría de vuelta a la empresa, necesitaba coordinar con Luna, y reunirme con Snape para designar al equipo que trabajaría con Rita.

Fui hacia la ventana con cuidado de no despertar a Tonks quien había hecho la guardia de la noche anterior, dejando a Ron dormir en la que seria su habitación el tiempo que trabajara para mí. Había un día maravilloso, eso era innegable, el sol resplandecía impetuoso pero con las bondades de la fresca primavera. Los jardines de la casa estaban en su mejor momento, así que la vista era todo un espectáculo, me quede contemplando por un momento las maravillas naturales hasta que fui completamente distraída por un Ronald Weasley que trotaba sin camisa desde el bosque, y se dirigía a la casa; me quede idiotizada mirando el cuerpo sudoroso de mi guardaespaldas quien se veía totalmente concentrado en su trabajo físico, no pude evitar seguirlo con la mirada durante todo su recorrido, mientras mi corazón se aceleraba. Incluso a la distancia en que me encontraba, pude admirar sus brazos mas que trabajados y el abdomen completamente definido, su complexión era atlética; de pronto no pude evitar imaginar pasar mis manos por su torso y espalda, que aunque no veía desde mi posición, seguramente seria una oda a la masculinidad.

- ¿Admirando el paisaje?- tan distraída estaba que no escuche cuando Tonks se acerco y se sirvió una tasa de café.

-Yo…amm…eh…si, es que está precioso la mañana- espere cinco segundos observando la mirada indescifrable de Tonks, y luego, la vi carcajearse de una manera que pocas veces había visto.

-PFF… ¿PRECIOSO LA MAÑANA?, ¿TE ESTAS ESCUCHANDO HERMIONE?- la vi sujetarse del marco de la ventana, pensé realmente que la debía llevar al medico parecía que estaba llorando, y yo…Bueno, me moría de la vergüenza.

-Digo…preciosa…preciosa la mañana- Me retracte sin poder mirarla a los ojos y ella continuo riéndose ya con menos burla.

-Hermione, dime la verdad, además de ser tu guardaespaldas, soy tu amiga… ¿Te quieres tirar a Weasley?, porque si es así yo no te juzgaría, la verdad es que ahora que lo miro así…esta de in-far-to- Deletreo la ultima parte.

-¿Qué te pasa?, claro que no me quiero acostar con Weasley, y vale, admito que es muy guapo pero…Por favor Nymphadora- me defendi pero la verdad es que era un caso perdido, Tonks me había agarrado con las manos en la masa, viendo descaradamente a Weasley.

-Estabas literalmente babean Hermione Granger, ademas estás roja como un tomate, y eso de PRECIOSO…- aunque debió haber seguido con su discurso, su mirada se centro de nuevo en la ventana-… Al parecer no somos las únicas en descubrir que Weasley está como le da la gana- me señalo en la dirección que debía mirar y ahí estaba, la oficial Lavender Brown entregándole una toalla para que se secara, y él recibiéndola con la mejor de sus sonrisas.

Enarque una ceja mientras veía con incredulidad aquella escena.

-¿Qué rápida es no?- Dije sin pensar.

-Pensé que no te lo querías tirar- Tonks se la estaba pasando bomba con la escena en conjunto.

-No me lo quiero tirar, NO -recalque - solo estoy diciendo algo obvio, ella no ha cumplido las veinticuatro horas aquí, y ya le sonríe y le da una toalla para que se seque la transpiración, me parece que no soy yo la que se lo quiere tirar, como tu dices- Luego de eso deje a Tonks con la palabra en la boca y entre al baño para asearme; por alguna razón estaba molesta…muy molesta.

***
Habían pasado dos horas desde que Tonks me consiguiera observando a Ron desde mi ventana, a partir de entonces mi humor fue empeorado sustancialmente, al punto de hablarle muy autoritariamente a mi pelirrojo guardaespaldas.

-ella se queda, no la quiero a mi alrededor- Aquello lo dije señalando sin ningún recato a Lavender Brown, mientras un confundido Ronald fruncía el seño.

-¿Puedo preguntar el por qué?- Mi respuesta, la mas estúpida jamas dada en la tierra.

-No quiero que entorpesca nada, se puede encandilar contigo y olvidar a quien está cuidando en un caso de emergencia- la perplejidad en el rostro de Ron era muy obvia, ante mí más que idiota respuesta. Lo observe haciéndole una seña a Lavender para que no montara la moto escolta junto a Seamus Finnigan, su cara fue de aun mas confusión que la de Ron.

Aborde la limosina y segundos después se me unió Tonks, por ultimo, Ronald se monto de copiloto con la cara aun desencajada. En ése momento realmente quería golpearme.

-¿Qué hiciste?- Me pregunto Tonks confundida.

-La versión corta es que le dije a Ron que no quería a Lavender en la escolta, porque se podría encandilar con él y desatender su puesto como mi guardaespaldas- Nymphadora cerro los ojos y negó con la cabeza -Vale ya se soy una completa imbécil-

-Si, lo eres, Hermione si no quieres a otra mujer rondando a Weasley, en primera deberías preguntarle si tiene novia o… si esta casado, eso para saber si tienes oportunidad, y segundo, debes ser mas inteligente, ¿Cómo se te ocurre decirle de frente a Weasley aquello?, ahora va a pensar que eres una loca celosa- me dijo a modo de explicación didáctica, como si tuviese cuatro años; claro que conocía todas las consecuencias de mi estupidez.

-Yo no estoy celosa, simplemente me dan rabia las mujeres tan audaces- La vi rodar los ojos y negar con la cabeza.

-Hermione no te mientas, si quieres miénteme a mi, pero no a ti, te encanta Weasley, nadie va a juzgarte por eso, Viktor no era tu esposo de verdad, y además ¿hace cuanto que no tienes sexo?, no tienes compromisos. Te vi mirándolo esta mañana; lo proteges como a ninguno; te recuerdo que ayer me pediste dejarlo dormir, lo dejas que te llame por tu nombre a dos días de conocerlo- Vale, debía admitir que Tonks tenia razón en casi todo, menos en que sentía algo por Weasley – No te digo que estés enamorada de él, pero, es innegable que le tienes unas ganas gigantes.

-Vale…comprendí el punto Tonks, pero aun así sigue siendo cosa mía, y si no quieres que mienta, entonces no me preguntes más del tema, hoy tengo muchas cosas que hacer y no necesito distractores- Nymphadora sonrió por mi "confesión", aunque realmente no hubiese dicho nada.

***
Entré a la torre como lo había hecho anteriormente, por la puerta lateral de basura. Luna se encontraba literalmente esclavizando a Padma Patil, quien corría de un lado a otro de la oficina con un auricular en la mano y algunas carpetas a medio arreglar, al tiempo que la rubia estaba en su escritorio aporreando el teclado.

-¿Qué es ésta locura Lovegood?- Pregunte

-a esto le llamo, misión recuperar patrocinantes, y tu eres uno de mis soldados, créeme cuando te digo que nadie se me escapa, sino me crees ve a la oficina de Snape- No pude evitar reírme, Luna estaba completamente loca, pero la verdad es que las cosas no estaban para algo distinto a eso.

-Vale, eso está genial, pero primero necesito reunirme con estas personas- Saque de mi cartera una lista con trabajadores de confianza y se la entregue- son el nuevo equipo de Rita, llámala y dile que la quiero aquí en una hora…ah y también necesito que encargues una gran corona de rosas blancas, envíalas al cementerio de mi parte, son para Dean-

-Está bien jefa… oye por cierto que cara trae Weasley-Rodé los ojo y voltee para verlo, al contrario que siempre, se había puesto en una zona bastante alejada de mi con una cara de completo enfado.
-No pasa nada- Prácticamente huí de Luna, pues mi respuesta aunque concreta, la había dicho en un tono que realmente no concretaba nada.

-Tonks, ¿vas a ir al funeral de Dean?- La chica que se encontraba justo a mi lado asintió con pesar –Bien, vete de una vez, dile a alguno de los chóferes que te lleve y pídele a Seamus que te acompañe- No quería que le pasara lo que a Dean.

-No hace falta que Seamus me acompañe, también soy guardaespaldas- me desafió
-Si, es cierto, eres tan guardaespaldas como lo era Dean- Ella pareció comprender mi temor y no objeto más.

-Gracias, prometo no demorarme- antes de que se alejara, la agarre del brazo.

-Tomate el tiempo que quieras, hoy Ron se ocupara de la guardia nocturna. Por favor discúlpame con la familia de Dean, explícales algo de lo que sucede y asegúrales que realmente quisiera estar ahí hoy-

-No te preocupes se los diré. Por cierto Hermione, discúlpate con Weasley, me parece que lo que paso hace un rato lo tomo personal- asentí, siendo conciente de aquello, al tiempo que Tonks se acercaba a Ron, seguramente para explicarle su ausencia.

Durante todo el día, Ronald estuvo cada vez mas distante, no me hablo en ningún momento, solo me seguía, y se quedaba como una estatua, hasta que llego a casa donde se perdió de vista dejando a Michael Corner cuidando de mi, era un chico muy joven y rubio, pero no molestaba.

-Michael, por favor déjame sola, ya estamos en casa y no hay problema- El chico me miro como dudando de si seria buena idea o no desobedecer la orden de Ronald- Es una orden – Michael asintió y se perdió de vista.

Camine sin rumbo fijo por la casa, hasta que me di cuenta del destino que mi inconsciente había querido que yo siguiera. Me encontraba frente a la puerta de la que fuera habitación de Viktor, desde la última vez que había estado allí había pasado más de una semana. Me llene de valor y entré a la habitación, con lentitud observe lo que era la pequeña sala privada, tenia un televisor y un mueble; acaricie el mobiliario como si con el tacto reviviera aquella cantidad de películas que él y yo habíamos visto allí mismo, luego llegue al espacio que albergaba su cama, estaba todo tal cual y como lo dejo la ultima vez que estuvo allí. Volví al pequeño salón y me senté en el mueble con una fotografía en las manos.

No me percate de que Ron estaba parado en el marco de la puerta mirándome de manera indescifrable, hasta que sentí como el rozar de sus zapatos en el piso hacia ruido.

-Disculpa, no quise interrumpirte, es que me encontré con Michael cuando bajaba las escaleras y no quise dejarte sola- Una vez mas lo escanee con la mirada, tenia el saco abierto, la corbata a medio poner, y la camisa algo mal puesta.

-no te preocupes, no molestas…Por cierto tienes toda la ropa desarreglada, ¿Por qué no vas y te pones cómodo en tu habitación?-

-Siento mi aspecto, es que estuve revisando los autos en busca de explosivos, así que tuve que meterme bajo ellos- Nuestra conversación era notablemente incomoda, seguramente por lo sucedido en la mañana.

-Ronald…Yo… quería pedirte disculpas por lo que sucedió esta mañana, me excedí- me miro con entendimiento.

-¿Puedo saber que fue lo que paso para que me hablaras tan mal, y exigieses a Brown fuera de la escolta?, ¿Qué fue todo eso de encandilarla?- ¿Cómo demonios, se suponía que le explicara mi ataque involuntario de celos?

-Veras…ésta mañana te observe trotar y también vi cuando Lavender te entrego la toalla para secarte y me pareció que se te estaba insinuando, y… me molesto que ese tipo de conductas se dieran en mi casa-Vale, le había dicho la mitad de la verdad.

-Hermione, ella no se me insinuaba, solo me ofreció la toalla…Yo jamás tendría ese tipo de conductas en mis horas de trabajo – El sonrió un poco, como si dudase de que su respuesta me convenciera.
-está bien, no hace falta que me des tantas explicaciones, solo…si vas a tener algún romance con alguien, que sea en tus días libres-

-No pretendo ningún romance con la oficial Brown, Hermione- Asentí de manera tajante, realmente no quería seguir hablando del tema, sentía que en cualquier momento podría darse cuenta de que no lo estaba mirando por casualidad- Por cierto… ¿Te puedo hacer una pregunta?- ahí iba de nuevo. 

Recordaba claramente que la última vez que me había dicho lo mismo… termine abrazada a él.
-Siempre y cuando pueda responderla, está bien- afirme

-bien, si no deseas contestarme entenderé, pero es que estoy un poco confundido…Si ésta es la habitación del señor Krum o al menos eso deduzco, ¿Qué habitación es donde duermes ahora?- Era entendible su confusión, mas aun cuando nadie le había contado el pequeño detalle de que mi matrimonio con Viktor era un arreglo.

-cierto que nadie te lo ha contado. Tienes razón, ésta es la habitación de Viktor, y donde duermo es mi cuarto, siempre lo fue-

-Entonces duermes allí porque no quieres dormir en la cama donde dormías con tu esposo, y por eso has vuelto a tu vieja recamara- afirmo como si intentara resolver un cubo de colores.

-No, donde duermo no es mi vieja habitación, siempre he dormido allí y Viktor aquí. Mi matrimonio con Viktor no era real, él y yo no nos amábamos, al menos no como pareja. Decidimos casarnos un par de años después de la muerte de nuestros padres para proteger la empresa y todo lo demás- Su cara era como si le hubiese revelado una epifanía.

- Es decir que jamás durmieron juntos- Afirmo
Yo negué, pero luego me retracte.

-Bueno, jamás no, de vez en cuando, sobre todo cuando alguno se sentía mal o deprimido dormíamos juntos, como amigos, por eso el día de su funeral, no podía, ni quería pensar en mi cama sin él a mi lado consolándome. No te confundas Ron, lo amaba, pero como se ama a un hermano- Finalice con una lágrima corriendo por mi mejilla mientras observaba la imagen de la fotografía.

-Te puedo asegurar que donde quiera que esté, él sabe que vivió los mejores años de su vida con una de las mujeres más increíbles que existen- Levante mi rostro y me seque el rastro de la lágrima en mi cara, observe sus ojos y al momento supe que sus palabras eran sinceras.

-No soy la única increíble de la historia, en todos mis años jamás había conocido a un hombre tan agradable como tu, me siento protegida cuando estoy contigo- Aquellas palabras salieron sin mucho esfuerzo de mi boca, con demasiada naturalidad para mi gusto. Ronald se sonrojo, luego soltó una sonrisa apenada que también me robo una carcajada al instante.

-Es la primera vez que alguien me da el adjetivo de agradable, y sobre la protección, soy tu guardaespaldas, eso quiere decir que estoy haciendo algo muy bien- Su sonrisa juguetona y tímida seguía allí cuando termino la oración.

-Ronald… ¿conoces toda la casa ya?- negó y se señalo.

-¿Me vas a mostrar la casa?- asentí y camine hasta tomarlo del brazo y sacarlo de la habitación de Viktor.

-Además de mostrarte la casa, tengo que hacerte algunas preguntas-
-¿Preguntas?...Hermione, debes saber en éste momento que yo realmente odio las preguntas- Pare en el descanso de la escalera y lo mire sonriendo.

- Entonces solo responde las que quieras- Avance dejando que me siguiera.

***

Luego de un par de horas de caminar por toda la casa, Ron había propuesto irnos a dormir ya que realmente ambos estábamos muy cansados.

Sin embargo mi curiosidad aun no había sido saciada, de todas las preguntas que le hice solo respondido claramente tres o cuatro, y eran las mas básicas; sus películas favoritas o su genero musical predilecto, así que sus respuestas fueron obvias, a la primera me respondió que su genero era la acción, y luego me aseguro que le encantaba el rock.

Cuando por fin entramos a la habitación, le hice la última pregunta que se me había quedado en la manga aquella noche.

-Ronald- Lo llame desde mi vestier cuando estaba escogiendo mi pijama.

-¿si?-

-¿Cómo fue que llegaste a ser guardaespaldas?- hubo un silencio algo prolongado, así que supe que tampoco quería responde aquello. Cuando Salí del vestier con una bata que tapaba mi camisón se estaba quitando el reloj dejándolo sobre la mesa del café, al igual que su saco y corbata.

-Hasta mañana - dije como despedida cuando me metí en la cama; no quería presionarlo para que me dijera su vida privada.

-Fui militar antes de ser guardaespaldas- Me senté en la cama asombrada porque hubiese decidido responderme – renuncie al ejercito, y luego de eso me dedique a cuidar personas, y descubrí que lo hacia bastante bien- se recogió las mangas y abrió su camisa un par de botones para luego sentarse en el sofá.

-¿Por qué renunciaste?- Pregunte curiosa.

-No me gusta hablar de ése tema, no lo tomes a mal, es solo que…no me gusta- volteo su cara lejos del alcance de mi mirada, y yo realmente desee acercarme y agradecerle la confianza que había tenido para responderme, pero sentía que ya había tenido suficiente con lo que le había dicho aquella mañana, y esa avalancha enorme de preguntas.

-No te preocupes, todos tenemos secretos…Duerme bien, y cuando digo duerme, es realmente descansa, Weasley- sonrió y se cuadro militarmente en el sillón.

-SI, JEFA- Rodé los ojos y luego me acomode para dormir.

***

A la mañana siguiente encontré a Tonks sentada en el sillón donde la noche anterior había estado mi pelirrojo guardaespaldas.

-Buenos días jefa durmiente- La mire mientras me estiraba un poco y luego me levante para dirigirme al baño.

-¿No te vas a asomar por la ventana?- La mire con una ceja levantada y los brazos cruzados, pero no dude en caminar hasta la bendita ventana…y ahí estaba él como el día anterior, trotando solo con un pantalón, totalmente transpirado y sexy.

Cuando se estaba aproximando a la casa miro hacia la ventana y una sonrisa se poso en su rostro, luego levanto una toalla que tenia en su hombro.

- Al parecer Lavender no es la única rápida de la casa, Weasley aprendió en dos días como sacarte sonrisas matutinas, una de las cosas mas complicadas del mundo- Le hice una señal obscena con mi mano sin dejar de mirar por la ventana sonriendo. Solo pude escuchar su carcajada cuando por fin me separe de la ventana para darme una ducha y bajar a disfrutar de aquel sábado.

-Buenos días, Hermione- Saludo Ron desde la puerta del comedor, Iba sin su ya acostumbrado uniforme, al contrario de eso vestía un suéter cuello en v color vinotinto que destacaba su pecho y figura atlética, unos jeans y zapatos casuales marrones sin medias.

-buenos días…Ron- Sonrió, supongo que por mi completa cara de idiota al verlo tan…diferente, relajado, no lo se, pero se veía incluso mejor que con el uniforme.

-venia a despedirme- Por alguna razón mi pecho se acelero y una sensación de miedo me azoto.

-¿Despedirte?-

-si, los fines de semana son mi tiempo libre, así como el de Tonks, ¿el señor Severus no te lo dijo?- Claro, sus días de descanso, no lo había tomado en cuenta, realmente no se que pensaba, él no se quedaría veinticuatro, siete protegiéndome…Por favor.

- No, no me había dicho nada, pero es algo obvio, tu también necesitas descansar- No se si mi cara de desilusión era evidente.

- Pero no te preocupes, estos dos días te cuidaran Seamus Finnigan y Lavender Brown... se que no es tu favorita, pero es buena en lo que hace, ya la probé- Enarqué una ceja rápidamente ante su explicación.

-La…probaste-El comprendió como habían sonado sus palabras a mis oídos.

-si, la probé, ya sabes, trotamos y le puse algunos ejercicios y a disparar, es buena en todo, Potter no se equivoco cuando la dejo a mi cargo, es de lo mejor que he visto- Asentí secamente, por alguna razón aquella mujer cada vez me caía peor, y eso en mi era complicadísimo.

-Bien, que puedo decir, me va a cuidar súper Lavender Brown- lo observe componer una mueca de culpabilidad, al parecer no era ajeno a mi aversión por la policía, pero que mas podía hacer, realmente no debía armar una escena como la del día anterior.

-Si tienes alguna queja, no dudes en decirme, estaré atento a cualquier cosa, mi número lo deje escrito en un papel sobre tu cómoda. Nos vemos el lunes, feliz fin de semana- Se acerco y me dio un beso en la mejilla, como cualquier amigo que conociera desde años atrás.

-igual Ron, disfruta, descansa y no te preocupes por mi se que me dejas en buenas manos- el asintió sonriendo como si agradeciera que no me pusiera difícil por mis nuevos niñeros. Después de aquello se alejo fuera del comedor, dejándome con una terrible decepción, algo poco entendible.

-Maldito fin de semana el que me espera con la versión mujer de rambo- Pensé en voz alta, cuando Tonks entro para despedirse.

-Acabo de ver salir a Weasley, supongo que esa cara la tienes porque te dijo quienes te cuidaran, cálmate solo será día y medio…Disfruta, adiós- Nymphadora, se alejo con una sonrisa burlona y yo me recosté de mi silla con los brazos cruzados.

Sábado y domingo pasaron uno mas aburrido que el otro, solo había hecho lo de siempre, leer una buena cantidad de horas, mirar películas viejas, revisar las finanzas de la empresa, y contemplar por mi ventana el patio; en esas largas horas de meditación frente al vidrio, me di cuenta de que realmente esperaba a que Ron apareciese de la nada trotando a mitad del jardín, como ya lo había hecho en la última semana. Era cierto lo que me decía Tonks, podría mentirle a ella, pero no a mi, Ronald me deslumbraba en mas de un sentido y aunque me empeñara en querer negármelo, el subconsciente me gritaba que me gustaba y mucho, no por nada tenia aquel gran rechazo por Lavender Brown, rechazo que propicio que la pobre rubia durmiese parada en mitad del pasillo la noche que le toco cuidarme, sabia que estaba mal, pero no era algo que pudiese controlar, Weasley había llegado para tumbar muchas barreras a mi alrededor.

Viktor había muerto, y Ron apareció para cuidarme, yo me excedo y él me frena con sus gestos, quiero cuidarlo, aunque ese sea su trabajo, y lo mas sorprendente aun, me ha hecho sonreír en la que debía haber sido una de las semanas mas tristes de mi vida, y aunque así era, él aligeró la carga de una manera tan significativa, que el aire denso de la primera noche sin Viktor se había esfumado.

Me desperté el lunes, sola, sin Tonks o Ronald, y sin pensarlo corrí a mi ventana desesperada como una adolescente, solo para ver a mi guardaespaldas trotando hacia la casa, de nuevo sin camisa, solo con una botella de agua en la mano. Miró directo a mi ventanal donde sonreí saludándolo, le hice seña para que esperara, y corrí al vestier donde tome una toalla de mano limpia, regrese a la ventana rápidamente y la abrí.

-buenos días- Me dijo en voz alta para que pudiese escucharlo, luego señalo la toalla que estaba en mi mano, y acto seguido se apunto con el dedo así mismo con un gesto de duda.

-si, es que otra vez estas sin nada para secarte- lance el paño, y lo atajo sin esfuerzo para después secarse el cuello con y parte del abdomen.

-¿quiere matarme de un infarto?- pensé viéndolo en aquella tarea.

-gracias- dijo con una sonrisa que parecía el mejor remedio matutino para la flojera.

-No te preocupes, de todas maneras verte trotar todas las mañanas es como ejercitarme yo misma- Y ahí estaba, Ronald Weasley derribando otro muro mas en mi, la pared del descaro había caído mortalmente.
-Entonces procurare no faltar nunca- amplio su sonrisa a una mas picara y entro a la casa.
Si Tonks hubiese estado en la habitación, seguramente seria blanco de sus indiscriminadas burlas; pero no lo podía evitar, él hacia que yo me comportara de aquella manera sin siquiera proponérmelo, como dije, había llegado derrumbando muros a mi vida, incluso el que decía que no me gustaba el deporte, pero en ese momento estaba segura de que no solo me gustaba, sino también de que tenia uno favorito, ver trotar a Ron en las mañanas, el mejor deporte del mundo.

***


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