domingo, 22 de diciembre de 2013

Capitulo 11: El alma en un beso

- El alma en un beso -

El viaje no había sido largo, luego de la llamada que Ron hizo, tardamos un par de horas para salir de la mansión, cosa que solo el guardia de la puerta nos viera, por ultimo condujimos unos quince minutos hasta un claro de campo en el que nos esperaba un helicóptero.

Al sur del Reino Unido, se encuentra una pequeña ciudad costera llamada Plymounth, allí fuimos a parar, específicamente a la acogedora localidad de Turnchapel. El viaje no duro más de una hora y media, por esa razón arribamos de madrugada.

Un conjunto de casitas nos esperaba al final de una calle frente a la playa, todas con colores que variaban entre el blanco y azul, y unas pocas con toques decorativos en otros colores. Ronald me llevo hasta una puerta que contenía precisamente ese pequeño toque decorativo; estaba pintada de rojo y asemejaba una caseta telefónica; a decir verdad me gusto de inmediato. Ron introdujo las llaves en la ranura y tras girar el picaporte abrió hacia un corto pasillo.

-Adelante- Dijo señalando con una mano, mientras en la otra cargaba buena parte del equipaje.

Camine a través del pequeño pasillo detallando las paredes blancas con toques en madera. Inmediatamente luego del pasillo se encontraba una escalera a mano derecha y del lado izquierdo una salita con vista directa al mar; por ultimo y justo a un lado de la pared colindante con la escalera, estaba la cocina igual de pequeña y acogedora que el resto.

-Esto es…Bellísimo- volteo a verlo y él esbozo una sonrisa tierna.

-Gracias…vamos, te voy a mostrar el resto de la casa- Ronald tomo mi mano y me arrastro hacia la escalera, hasta una salita familiar, rodeada por algunas puertas- Esas son las únicas dos habitaciones que tiene, no busque nada mas grande pues para entonces no planeaba tener una familia- Señalo dos puertas una al lado de la otra- Ese es el baño y la habitación principal también tiene uno, por ultimo esta la sala de estar familiar y aquella puerta es el estudio, no es tan grande como el tuyo, pero seguro podrás trabajar si quieres- delante de mi había una pequeña estancia que contenía un televisor, un sillón y la puerta del despacho.

-me encanta, gracias por traerme, es preciosa tu casa Ron…Ahora dime, ¿cual de las dos habitaciones es la tuya y cual es la mía?- El sopeso por un instante y luego respondió.

-Veras, siempre he dormido en la que mira hacia la playa, esa es la principal con baño, pero si quieres dormir allí no tendré problema, se que ustedes las mujeres prefieren esa privacidad- asentí y luego entre en la habitación que él había señalado.

El espacio era igual de reducido que el resto de la casa, sin embargo lo suficientemente cómodo para una pareja; había una cama matrimonial, un par de mesillas, y un balcón, por ultimo la puerta del baño; y todo en color blanco.

Ronald se encontraba detrás de mi un poco rojo, intuía que su vergüenza se debía al reducido espacio en comparación con la mansión, pero para mi era perfecto, ni más ni menos.

-Me encanta- solté mirándolo.

-seguro… es un palacio en comparación a cualquier habitación de tu casa- bromeo.

-Claro que si, además tengo un príncipe incluido- lo mire a los ojos y sonreí.

Él soltó una carcajada.

-¿No me digas que tengo mas competencia?, no se si podré con un príncipe- paso su mano por el cabello y lo arrimo hacia atrás, al tiempo que yo le daba una palmada en el brazo y reía.

Después de un par de minutos me quede sola en mi nueva habitación, cuando Ron decidió salir para darme espacio. En ese momento solo deseaba dormir, el día había sido largo.

***

A la  mañana siguiente desperté bastante tarde, cuando revise mi reloj de pulsera marcaba mas de las diez y media de la mañana.

- jamás me levanto  tan tarde, pero no es algo demasiado descabellado después de mi aventura de anoche- pensé, y eso me recordó que a esa hora en casa ya abrían notado mi ausencia. Tome mi celular y lo prendí, luego de darle unos segundos para que el software se cargara, una cantidad obscena de llamadas se encontraban en él, la mayoría eran de Tonks, pero también habían algunas de Luna, y Snape. ¿Sabrían ellos a estas alturas del día que Ron me había “raptado”?-

No sabia si responder a los mensajes, así que antes de cometer algún error, deje el teléfono sobre la mesilla de noche y me levante para darme una ducha.

Antes de pasar al cuarto de baño abrí las cortinas por mera curiosidad, la noche anterior el mar parecía negro como un inmenso poso petrolero, sin embargo hoy era de un azul intenso.

Luego de un par de decenas de minutos salí de la habitación arreglada y con un jean y una camisa del  mismo material, hacia ya una buena cantidad de años que no usaba nada tan informa, así que me pareció una buena idea.

Al parecer Ronald y yo nos habíamos sincronizado pues cuando por fin logre cruzar la puerta de mi habitación él también lo hacia. Ron salía del baño solo con una toalla anudada a la cintura, mientras de su cabello goteaba una gran cantidad de agua.

-Ho…hola- ¿Hola?, ¿el realmente no sabia lo que causaba en mi?

Sonrojados por el momento nos quedamos paralizados unos segundos.

-Buenos días- logre decir tontamente con la mano medio levantada.

-Déjame vestir y preparamos el desayuno- antes de que pudiese replicar dio un paso en el estrecho pasillo para tomar la manilla de la puerta de su habitación, sin embargo fui mas rápida, y sin poder contenerme pase mi mano desde su cuello hasta el principio del nudo de su toalla en una fracción de segundo. Con un gemido sordo volteo su cara violentamente hacia mí cejándome atónita con su mirada de deseo.

-te espero abajo- solté,  siendo yo quien ahora intentaba huir de la situación, y con bastante éxito pues llegue prácticamente corriendo hasta la cocina, con el corazón acelerado y no precisamente por la carrera.

Un par de minutos mas tarde, bajo un Ron ataviado solo con un Blue jean negro que dejaba a simple vista el principio de su ropa interior.

-Si esto es venganza, que me cobre todas y cada una de las que le he hecho- aquella frase la dije entre dientes mirando su espalda desnuda desde la sala, mientras él se dirigía a la cocina. Saco un par de frutas de la nevera y se dispuso a cortar con mas habilidad de la que pensé tendría.

Camine un par de pasos detrás de él hasta sentarme sobre el mesón conjunto a donde el cortaba el desayuno.

-Tengo un par de preguntas- solté sin muchos miramientos. A pesar de su espectacular torso, aun rondaban ciertas dudas en mi mente.

-tu dirás- Termino de cortar, limpio el cuchillo en el paño de cocina y me miro fijamente.

-La primera es, ¿Por qué cuando me contaste de tu familia, nombraste a tu hermano Fred, cuando él...ya no está?, la segunda, ¿Por qué Lavender Brown te pudo ver sin camisa fácilmente y yo no?, me refiero a la primera vez que te vi trotar desde mi ventana y ella te dio una toalla- tome una fresa entre mis dedos esperando su respuesta.

Ronald permaneció callado durante un momento, para terminar colocándose entre mis piernas, apoyando las manos en el mesón justo al lado de mi cintura.

-Bien, lo de Fred es simple reflejo, cuando has visto a alguien contigo durante tanto tiempo, es fácil nómbralo sin darte cuenta, sin embargo, sin importar donde esté, siempre será parte de la familia y digno…Muy digno de contarse entre mis hermanos- suspiro mirándome de vuelta con un poco de tristeza en los ojos.

Lo abrace haciendo que colocara su cara en el espacio de mi cuello.

-Aun no termino de contestarte- lo solté y él se recompuso en un rápido momento – sobre Lavender…No tuve problemas porque ella no me gusta, además es oficial de policía y sabe los riesgo. Si también te preguntas si le gusto o no, pues creo que es buen momento para contarte que no eres la persona favorita de la pareja Brown, Finnigan; veras, a nadie le gusta que lo golpeen y, a nadie le gusta que lo traten con desden- Joder, sentía como si la había cagado monumentalmente.

-¿están saliendo?...No me jodas Ronald- Ron lanzo una carcajada.

-Saliendo, acostándose, es lo mismo- respondió.

-mierda- Su carcajada se intensifico pero esta vez apoyo su cabeza de nuevo en mi hombro abrazándome – Comprendes como la he cagado en el último tiempo- él levanto la mirada divertido y se encogió de hombros. Esa simple expresión en su rostro me enterneció por lo infantil que parecía, nada que ver con ese hombre rudo que siempre había cuidado de mí.

-¿Qué?- pregunto, al parecer me había quedado como una idiota viéndolo…de nuevo.

-Nada, es que al parecer…ya no soy capaz de resistirme a ti, es como si hubieses cambiado mi mundo irreversiblemente- acaricie su cara muy cerca de la mía, con la misma ternura con la que él me miraba- ¿Quieres dormir esta noche conmigo?-

-Siempre que tu quieras te cuidare el sueño- acerque sin poder contenerme mis labios a su mejilla dejando un beso corto, luego di otro en la comisura de su boca, y por ultimo tome su labio inferior entre los míos dejándome invadir por la sensación de inmenso placer que solo un beso puede proporcionar, me deje llevar sin pensar en nada mas, y él, al parecer me había comprendido, porque con suma delicadeza ladeo su cabeza y me beso…me beso, lisonjeando mis labios como el viento el mar, sus labios iban de un lado a otro de mi boca, pero por mas surrealista que fuese, no se sentía como un beso, sino como la caricia mas profunda que me habían dado en mi vida. Recorrí con mis manos sus brazos fuertes sintiéndolo solo mió, subí por sus hombros y cuando quise comprender, mis manos ya aprisionaban su espalda para tenerlo mas cerca, sentía su cuerpo tibio y cada vez mas detallado bajo mis dedos, era como si en cualquier momento nos fundiríamos el uno con el otro. Sin embargo el aire falto y nos separamos mirándonos seria e intensamente.

-No eres la única que ha sido cambiada, yo…ya no soy el mismo- deposite solo por mera necesidad un nuevo beso, estando aun agitada, con el corazón volando dentro de mi  pecho y con un cosquilleo que jamás en todos mis días había sentido,

-No se si sobreviviré, pero al menos el tiempo que pase en ésta tierra, quiero que sea contigo- confesé mientras sentía alguna lagrima correr por mis ojos.

-Sobrevivirás- prometió y luego seco mis lágrimas con un par de besos en mis parpados.

Antes de que pudiese besarlo de nuevo, el teléfono de la casa sonó rompiendo el momento. Él, mirándome con cierta disculpa lo tomo alargando el brazo pues estaba cerca de nosotros.

-¿Si?- contesto mirándome fijamente.

-¿Quién es?- pregunte en señas y con un muy bajo susurro.

Levanto su dedo indicándome que esperase un momento y luego prosiguió a poner el teléfono en alta voz.

-¿Hablo con el señor Weasley?- se escucho la voz de una mujer al otro lado del auricular.

-si-

-Bien señor Weasley, el señor Lupin desea  hablar con usted, enseguida se lo paso-

-Bien- Un par de segundos después una voz masculina se escuchaba.

-Ronald, buenos días-

-Hola Remus, igualmente para ti, disculpa que no te llame antes, tenia la intención de hacerlo para agradecerte el préstamo del helicóptero… ¿Ya lo han recogido?-

-Despreocúpate por todo, yo solo llamaba para saber si habían llegado bien-

-en perfecto estado-

-Eso es excelente, entonces te dejo seguir con tus cosas, nos vemos-

-Lo mismo, gracias de nuevo por todo, adiós-

Ron cerró la llamada aun con sus ojos clavados en mí.

-ese era tu ex jefe- afirme.

-Así es, anoche fue de gran ayuda, así que le debo una- respondió

-debemos…le debemos una- corregí.

-Bien, ¿en que estábamos?… ah, si…- antes de que intentara besarme, me baje del mesón rápidamente jugando con él…

***
Todo el día se nos había ido en un idílico ir y venir de besos y caricias, también algunas historias sobre su familia, mientras almorzábamos, y una promesa de llevarme a dar una vuelta en barco.

Casi a la hora de dormir Ron había entrado a la habitación ataviado por un pantalón de pijama; jamás lo había visto tan relajado en su forma de vestir, normalmente llevaba el traje o algo mas casual como aquella vez que uso suéter.

Yo me recargue en las almohadas mientras él apoyaba su cabeza en mi vientre como lo habíamos hecho la última vez que estuvimos en mi casa.

-¿Cómo va el dolor por los disparos?- cuestione al pasar mi mano por los hematomas que casi habían desaparecido dejando un vestigio amarillento.

-Ya no siento dolor, o al menos no he probado nada doloroso- por acto reflejo llevo sus manos hasta los moretones y presiono mientras yo me encontraba atenta a sus gestos; luego levanto su mirada con el seño fruncido como si hubiese recordado algo importante.

-Hermione…esta mañana tu me hiciste unas preguntas, a mi también me gustaría saber una cosa- Lo mire atenta dándole total confianza mientras acariciaba sus cabellos  hacia atrás.

-¿Estas segura de esto?...quiero decir, no me malinterpretes, estoy pletórico de que ambos hallamos dado este paso, es solo que tu… Hermione, eres una mujer hermosa, tienes mas dinero del que yo jamás tendré, aunque estoy bastante cómodo, y además de todo, eres una increíble persona…No se si estaré a tu altura- Lo bese pues nada de lo que dijera le iba a explicar a profundidad todo lo que sentía por él.

-Ya lo estas Ron- Antes de que pudiese replicar me levante de la cama con rumbo a la cocina, donde busque de nuevo algunas frutas picadas y subí de vuelta a la habitación.

-¿Vas a comer de nuevo?- pregunto apoyado en sus codos.

-En teoría- Sin darle una explicación clara,  puse el plato lleno de frutas a mitad de cama para que también pudiese tomar algunas.

Antes de que pudiese darse cuenta de cual era realmente mi plan para demostrarle cuan a la altura podía estar de mi, tome un trozo de manzana y lo pase por su cuello, para luego darle un beso mas que provocativo; seguí corriendo el trozo por todo su cuello y hasta la mitad de su pecho lamiendo lentamente.

-¿Qué haces?- susurro casi en un gemido y con los ojos cerrados al tiempo que yo besaba alrededor de su ombligo. Luego subí entre besos y uno que otro chupón en el camino hasta su boca donde una vez mas nos mezclamos en un beso, sin embargo ésta vez estaba cargado de una sensación de necesidad incomparable,  sus manos atraparon mi cara mientras mi lengua comenzaba a explorar su boca con ansiedad sintiendo el sabor dulce de la manzana aun en ella.

Antes de que pudiese notarlo, estaba bajo el  cuerpo de Ron besando su cuello, y escuchando los gemidos mas provocadores del mundo; mis manos habían bajado por sus brazos, conociendo todos y cada uno de los músculos de aquel cuerpo que no se resistía a nada, y que con cada caricia se estremecía mas y mas.

Ronald se encontraba instalado entre mis piernas, y aunque ambos aun estábamos vestidos, podía sentir su excitación con facilidad. Con una caricia pausada  mientras volvía a besarlo baje mis manos por su espalda hasta sus glúteos, los cuales apreté sin contemplación, escuchando de vuelta otro gemido sordo en mi oído, pero a pesar de tener el control de la situación, cuando sentí las manos frías de Ron colarse bajo mi pijama  no pude evitar soltar un gemido mas que sonoro en sus labios.

Decidida a que esa noche él fuese completamente mío, volví a pasar mis manos por su espalda colándolas bajo su pantalón de pijama, arrastrándolo hasta que él mismo se separo de mi, quedando erguido en la cama mientras quitaba sus pantalones con la vista azul totalmente nublada por el deseo; yo al mismo tiempo paseaba mis manos por su torso deleitándome con aquel hombre.

Cuando por fin quedo solo en boxers, fue mi turno de despojarme del camisón corto que apenas cubría mis piernas, dejando desnudo todo mi torso. Su boca se paseo por mi cuello a sus anchas hasta llegar al centro de mi pecho donde imitando mi maniobra anterior, comenzó a lamer hasta mi ombligo y luego de vuelta a mi boca sin acercarse a mis pechos, por ultimo dejo cortos besos hasta llegar a mi oreja donde mordió el lóbulo.

-Puede que tu seas mi jefa fuera de ésta habitación, pero en esta cama, yo soy quien dirige todo- con una sonrisa lasciva me miro mientras tomaba uno de mis pezones entre sus labios, haciéndome gemir sonoramente. No me cabía en la cabeza como un solo hombre podía hacerme perder la cabeza de aquella manera; estaba casi sentada en sus piernas mientras devoraba mis pechos y cuello, haciendo la sensación la mas excitante de mi vida al estar tocándolo por todas parte deleitándome en su cuerpo, y al mismo tiempo sintiendo por completo su excitación bajo mi anatomía que amenazaba con romper su ropa interior. Respondiendo a esa suplica, y trayendo un recuerdo, pase mi mano por la liga de su boxer de un lado a otro sin traspasar ni un milímetro mas halla, mientras con la otra mano acariciaba todo su torso. Los gemidos sordos de ambos eran cada vez mas frecuentes, sin embargo, fui yo quien termino por ceder metiendo mis manos de nuevo debajo de su ropa interior por los costados de su cuerpo arrastrándola fuera del camino.

-Pensé que te había dicho que era yo quien mandaba- reto mordiendo mi cuello.

-y yo pensé que ya sabias que no seria tan fácil- el sonrió y asintió irguiéndose de nuevo para terminar de sacar su boxer.

Pensar que lo que veía desde mi ventana, era hermoso, no se comparaba con verlo desnudo y a mi completa merced, lo bese con necesidad recorriéndolo una vez mas completo de arriba a bajo, besando su cuello y lamiendo el lóbulo de su oreja. Hasta que él, tomándome fuertemente de las caderas, me recostó y termino de desnudarme mirando por un momento mi cuerpo entero, para luego lenta y tortuosamente entrar en mí al tiempo que nos besábamos lentamente como algo surrealista.

-Te amo, por si no ha quedado claro- afirmo una vez terminamos el beso, para luego comenzar un cadencioso movimiento de vaivén que se iba acelerando hasta ser cada vez mas insoportable. Lo tenía sujeto de las nalgas para hacer mas profundas todas las sensaciones, hasta que tomando el mando de la situación quede sobre él, inclinándome para besarlo y confesarle aquello que ya era obvio.

-Supongo… que está de mas… pero también te amo- con las palabras entrecortadas por el esfuerzo y la excitación, seguí mandando en aquella lucha corporal, excitándome cada vez mas con cada potente gemido que salía de la garganta del hombre que me había robado el alma en un beso.

Ronald sin darme tregua, se sentó con la espalda apoyada en el cabecero de la cama, obligándome a llevar su paso hasta que con un incremento repentino de los movimientos, y un beso que visto desde afuera pudo encender cualquier lugar, Ron tiro su cabeza hacia atrás gritando de placer y arrastrándome a mi con él.

Al final de la noche, descansaba mi cabeza sobre su hombro besando su cuello lentamente, mientras él acariciaba con un par de dedos el centro de mi espalda.


***

Respuestas a los comentarios del capitulo 10

MaferWeasleyGranger:

Hola Mafer, no te preocupes por lo corto, me encanta sus participaciones sin importar cuan largas o cortas sean.

Sobre el testamento se sabrá en su tiempo y será casi un capitulo completo.

Sobre Plymounth pues ya tienes el cap listo, lee y espero te guste…Un abrazo psicológico.

Lukita

Hola!!!, gracias por tu comentario. Es un placer que me consideres buena escritora.
Como veras este capítulo es bastante romántico XD, espero te guste, y sobre la trama si, se ira haciendo cada vez más compleja e incluso como digo al final del capítulo 11 habrá una sorpresa.
Un saludo, espero leerte pronto!

 Laura Delgado

Hola Laura!!!, nada de adelantos XD, pero bueno al menos espero que el nuevo capítulo satisfaga un poco tu curiosidad…Definitivamente ambos afrontan su ya obvia relación…¿serán felices?.

Un saludo grande, espero leerte pronto.